lunes, 5 de septiembre de 2011

Epílogo a Tierra Marchita, de Carmen Galán Benítez


40 págs, 12.5 x 20.5 cms. 

 NARRATIVA 

 De la contraportada: 

 ¿Qué puede llevar a una autora a preguntarse por el destino de los personajes de una novela escrita diez años antes?. Esto es lo primero que viene a la mente al iniciar la lectura del epílogo a Tierra marchita, novela de Carmen Galán Benítez publicada en 2002. La novela no termina. Esa puede ser una respuesta posible. Los destinos de los personajes no se han cumplido cabalmente. Tal vez sea necesario abundar en la explicación de los asesinatos de los que han muerto; quizá haya que hacer un nuevo corte de caja con los sobrevivientes. En el último capítulo de Tierra marchita Elena y Joel sostienen una conversación en el Distrito Federal, lejos de Juárez. Una cierta transparencia los envuelve. Joel externa su deseo de ser creyente y Elena le confiesa que anhela el candor. Parece que todo ha quedado atrás, como una pesadilla de la que ambos quieren despertar. Ahora sabemos que no es así; la pesadilla sigue vigente. ¿Acaso, la autora ha venido al rescate de esos personajes, o simplemente a ser el testigo de su destino último? Compuesta de perspectivas múltiples, la voz que la autora ha creado para abordar una realidad inabarcable e infinita también se mantiene vigente, aunque tal vez sólo sea para contemplarse en un espejo de tinta. 

 Willivaldo Delgadillo


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